Vamos a comenzar a trabajar con
los textos expositivos. Trataremos de darte algunas orientaciones para que poco
a poco te conviertas en un excelente explorador de textos. Esta habilidad te
servirá para comprender más rápido lo que leés y para estudiar mejor.
Recordá del año pasado:
Los textos expositivos son los
textos de estudio. Surgen para dar respuesta a distintos interrogantes por lo
que su intención es brindar información sobre temas variados. Son los textos
que usamos para aprender. Aparecen en manuales escolares, enciclopedias,
diccionarios, etc.
Predominan en este tipo de texto
las oraciones enunciativas, su registro es formal y suelen emplearse términos
técnicos y científicos.
Se caracterizan por ser
informativos, explicativos y directivos.
a.- es informativo, porque
presenta datos o información sobre hechos, fechas, personajes, teorías, etc.;
b.- es explicativo, porque la
información que brinda incorpora especificaciones o explicaciones
significativas sobre los datos que aporta;
c.- es directivo, porque funciona
como guía de la lectura, presentando claves explícitas (introducciones,
títulos, subtítulos, resúmenes) a lo largo del texto. Estas claves permiten
diferenciar las ideas o conceptos fundamentales de los que no lo son.
La organización de los
textos expositivos
Los
subtítulos
Cuando
tenemos que estudiar un tema, es conveniente buscarlo en el índice del libro.
Una vez que localizamos en qué parte del libro se encuentra, será importante
que leamos los subtítulos de cada una de las partes que conforman ese capítulo.
Elegí
un tema de alguna materia que estés estudiando en esta etapa.
Recorré
las páginas de tu libro que se refieren a la unidad que estás estudiando y leé
los subtítulos que encabezan cada parte. ¿Podés adelantar, a partir de la
lectura de estos subtítulos, el contenido de cada parte? Intentalo.
Después
leé por el libro alguna de esas partes ¿se cumplió lo que habías adelantado?
Los
títulos de cada parte de un capítulo de un libro de estudio a veces tienen la
forma de una pregunta, otras veces resumen el contenido de la parte que
encabezan empleando palabras clave.
Es
útil leerlos con atención porque ellos te ayudarán a encontrar la idea
principal que se expone en cada una de esas partes y que debés reconocer cuando
estás estudiando.
Veamos el siguiente texto sobre
los volcanes.
Volcanes
La mayoría de los cambios en la tierra son
tan lentos que tardan millones de años, pero el vulcanismo es una excepción. Un
volcán puede formarse en días a veces en horas y otro puede explotar y
desaparecer convertido en polvo en cuestión de segundos. Porque la tierra que
habitamos y que tiene unos 4.500 millones de años, posee una tremenda energía
en constante agitación y, al liberarla por intermedio de los volcanes, se
desahoga por un tiempo.
¿Dónde
estamos parados?
La Tierra tiene 12.756 km de diámetro a la
altura del Ecuador. Pero nosotros vivimos sobre una corteza de apenas 70 km de
espesor que cubre una masa hirviente de rocas fundidas a temperaturas muy
elevadas. Es como una minúscula cáscara de nuez que encierra una bola de fuego.
En efecto nuestro planeta es como una
cebolla; está formada por capas superpuestas. En el corazón del planeta está el
núcleo interno, que es básicamente de hierro. A pesar de sus 5.000 grados de
temperatura, ese hierro se encuentra en estado sólido debido al enorme peso que
soporta. Lo rodea el núcleo externo donde hay 3.900°. Más afuera se desarrolla
el manto integrado por minerales llamados silicatos. Su parte más superficial,
ubicada bajo la delgada y frágil corteza terrestre, es la zona de la formación
del magma. Allí se crea el alimento de los volcanes. Este gran caldo de rocas
derretidas sostiene la cáscara de la Tierra y la hace moverse lentamente como
sobre un tapiz rodante.
Pareciera que vivimos sobre una especie de
olla a presión a punto de explotar.
Precisamente los volcanes, que descargan el
exceso de energía producida cuando la presión es muy fuerte, actúan como las
válvulas de seguridad de esas ollas. Por eso nuestro planeta no explota.
Las
placas viajeras
La corteza terrestre no es continua: se
compone de siete grandes placas rígidas que resbalan sobre el magma, chocan, se
enciman y se separan en un movimiento que no se nota pero que, a lo largo de
millones de años, originó montañas y océanos. Cuando dos placas vecinas se
enfrentan, la más pesada se desliza bajo la otra y parte de ella se funde en
magma. La otra, la más liviana, se monta sobre la primera y sus bordes se
rompen. Si se trata de una placa oceánica que se hunde bajo una continental, se
forma una cadena de montañas volcánicas a lo largo de la costa como en las
costas americanas del Pacífico. Y si se enfrentan, en mar abierto, dos placas
oceánicas, se forma una cadena de islas volcánicas como en Hawai.
Lo
malo y lo bueno
Las erupciones de los volcanes siembran
muerte y destrucción. Pero también cambian el paisaje de tierras y mares y
aportan al entorno gran parte del oxígeno, hidrógeno, calcio, cloro, nitrógeno,
azufre, cobre y diamantes.
El hombre, que huye de las erupciones,
vuelve a levantar su casa en el mismo lugar, pasado el peligro. Es que, gracias
a la regeneración que producen los minerales de la lava y las cenizas (potasio,
calcio y fósforo), los suelos se tornan más fértiles. Por ejemplo, en la zona
del volcán Etna, en Sicilia, crecen olivos a gran altura, y en las laderas volcánicas
indonesias, los cultivos de arroz dan tres cosechas anuales.
Lo importante es anticiparse a la erupción.
Para ello, hay que conocer a fondo los volcanes, esta es la tarea de los
vulcanólogos, que son las personas expertas en volcanes, quienes con trajes
metálicos, cascos y calzados de suela muy gruesa, instalan sus laboratorios
junto a los cráteres para detectar cuando el volcán está por entrar en
erupción.
Causas y
consecuencias
En
los textos expositivos aparecen frecuentemente las causas y las consecuencias relacionadas
entre sí y estas relaciones van armando el texto como un tejido. Releamos el
texto Volcanes y veamos algunas relaciones de causa/ consecuencia:
Causa:
la Tierra, posee una tremenda energía en constante agitación.
Consecuencia:
por eso, al liberarla por intermedio de los volcanes, se desahoga por un tiempo.
Causa:
el hierro del núcleo interno soporta un enorme peso.
Consecuencia:
debido a ello, ese hierro se encuentra en estado sólido.
Causa:
los minerales de la lava y las cenizas (potasio, calcio y fósforo) producen una
regeneración en el suelo.
Consecuencia:
esa es la causa por la que en la zona del volcán Etna (Sicilia) crecen olivos a
gran altura, y los cultivos de arroz de las laderas volcánicas indonesias dan tres
cosechas anuales.
Esto
te permite darte cuenta de que, a medida que vas estudiando, tenés que ir preguntándote
por qué van sucediendo las cosas.
En
el texto vas a encontrar palabras que sirven de enlace y que te ayudan a
reconocer esta relación. Estas palabras son los conectores.
A
veces, causa y consecuencia están expresadas en una misma oración o párrafo. En
otros casos se encuentran en distintas partes del texto y hay que leer varias
veces para poder establecer esa relación.
Los
conectores que establecen la relación causa / consecuencia son varios. Pueden
ser palabras: porque, así, como … O frases: esto es así porque, por ese motivo,
esto hizo que, dado que, en consecuencia…
Las
reformulaciones y los ejemplos.
Un
texto expositivo tiene que ser claro y enseñar cosas nuevas para el lector, por
eso a veces una misma idea se dice de manera diferente. Este recurso se llama
reformulación.
Veamos:
“ ... esta es la tarea de los vulcanólogos,
que son las personas expertas en volcanes”.
La
segunda parte de la oración reformula o vuelve a explicar un concepto que se
dio en la primera parte: qué son los vulcanólogos.
También
suele recurrirse a los ejemplos:
“ ... gracias a la regeneración que producen
los minerales de la lava y las cenizas (potasio, calcio y fósforo), los suelos
se tornan más fértiles. Por ejemplo, en la zona del volcán Etna, en Sicilia,
crecen olivos a gran altura, y en las laderas volcánicas indonesias, los
cultivos de arroz dan tres cosechas anuales”.
Mediante
los ejemplos el lector conoce los lugares en que la gente se vio beneficiada
por la acción de los volcanes.
La
comparación: otro recurso para explicar
En
los textos que usás para estudiar, a veces, cuando el tema es un poco difícil,
se recurre al empleo de comparaciones con elementos que pueden ser más
conocidos por el lector. Por ejemplo, en el texto Volcanes se compara al centro
de la Tierra con una olla a presión y dice que los volcanes actúan como las
válvulas de seguridad de esas ollas. Por eso nuestro planeta no explota.
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